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Para esos resúmenes de lectura de clase, de alumnos de 1º de la ESO, va dedicado este resumen por capítulos. Sabemos que lo recomendable es leer y aprender de ello. Comprender y resumir los leído, pero sabemos que muchos de estos chicos lo dejan todo para el último momento y queremos hacer esta aportación, para que no les suspendan comprensión lectora. ¡Pero que no sirva como excusa ehhh!….
AVENTURAS Y DESVENTURAS DE ALONSICO QUIJANO
RAMÓN GARCÍA DOMÍNGUEZ
ILUSTRACIONES DE FEDERICO DELICADO
EDITORIAL ANAYA.
¿Tú sabias quién es?
Cide Hamete Benengelo, fue quien escribió la historia de Don Quijote, era un historiador árabe. Este hombre escribió la historia de un loco y Don Quijote no era un loco, era un idealista.
I
“FALTÓ EN EL MUNDO UN DÍA DE LEALTAD”
Sonar tres veces el mismo sueño.
Un chico de once años, alto, flaco, de pelo negro que era amigo de sus amigos y le gustaba escuchar las historias de su abuelo Roque, este era Alonso Quijano.
El abuelo le contaba historias de Moros y Cristianos, aventuras de marinos y vidas de santos y santas y que la tierra era redonda. Soñó una vez el chico que fue emperador de China y el abuelo le decía que si lo soñaba tres veces, lo sería. Cada cosa que el niño soñaba, siempre esperaba que le pasara tres veces.
Un día soñó que era caballero andante y quería soñarlo no solo una vez, sino 3 veces y muchas más.
“Quijote, que eres un Quijote.”
Un día, estaba manteando al pobre Sancho una pandilla y Alonso quiso ayudarle, pero sus amigos se negaron pues tenían miedo. Entonces uno de ellos Guzmán de Alfarache le dijo que era un Quijote, que significaba; iluso, ingenuo. A él le dio lo mismo lo que le llamaran, para él la amistad y la lealtad le llamaban para ayudar a Sancho, así que les dijo a sus amigos que si ellos no querían ir, pues el con Brandabarbarán de Boliche no necesitaban a más.
Aquel nombre tenía magia, era pronunciarlo y todo cambiaba, así que fueron todos juntos a socorrer a Sancho y desde ese día nuestro amigo empezó a llamarse Alonso Quijote.
Sanchico Panza sube, Sanchico Panza baja.
Sancho era su amigo desde la infancia y eran totalmente distintos, como ejemplo uno era gordito, el otro flaquito, uno era alto, el otro bajito. Para Sancho todo tenía que ser práctico y siempre buscaba la lógica de todo.
Cuando Alonso vio a su amigo Sancho manteado por Ginés Pasamonte entró en cólera y se enfrentó a él.
Al final Alonso libera a Sancho, pero para ello, tiene que ocupar su lugar. Sancho agradecido por su rescate, dice que sería su escudero de por vida.
Explorar una cueva no es nada p-práctico.
Tenemos que decir que Sancho se traba con las esdrújulas.
Los amigos de Alonso piensan que había sido una humillación ocupar el puesto de Sancho, pero él no lo veía así, él había liberado a su amigo y no le importaba que para ello hubiera tenido que humillarse. Para él la lealtad era la primera condición de la amistad.
Los ocho amigos se reunían en la cueva de Montesinos, donde hicieron un juramento “Uno para ocho y ocho para uno”. El día que descubrieron la cueva Alonso la quiso explorar, pero corrían historias de todo tipo y a Sancho le daba miedo. Pero de nada le sirvió a Sancho su miedo, una vez más acompaño a su amigo Alonso a explorarla. Ataviados de cuerdas y antorchas Sancho acompaño a su amigo a la aventura, aunque este pensaba que esto no era practico.
Hasta las mismísimas entrañas de la Tierra.
Sancho ató la cuerda y por ella bajo su amigo con una antorcha. Sancho ya no lo veía y tampoco le escuchaba. De pronto, ya no sintió la presión de la cuerda y una de dos, o su amigo había hecho pie o se había soltado.
Sancho estaba muerto de miedo. Su amigo llevaba más de una hora sin saber de él. Hasta que al final tiro varias veces de la cuerda y era la señal para que él subiera. Al subir Alonso repetía una y otra vez; Brandabarbarán de Boliche.
La imaginación al poder.
Al día siguiente, contó a sus amigos su hazaña y todos estaban con la boca abierta. Todos decían que era imposible que en una hora hubiera visto todo lo que vio, pero claro la imaginación lo puede todo.
Les contó que fue a recibirle el dueño de las tinieblas, el Señor Montesinos. Su barba era larga y le hubiera servido de soga para subir si la hubiera necesitado. Según el, allí abajo había un montón de gente pintoresca que el señor Montesinos le fue presentando uno a uno.
Sus amigos no se creían nada, pero él contestaba, que si no le creían que bajaran ellos mismo a comprobarlo, entonces todos callaban y seguían escuchando.
También les contó, que allí abajo conoció a Julio Verne, a Alí Babá y sus cuarenta ladrones, a Alicia en el país de las Maravillas.
El más grande entre los grandes.
Pues me queda por hablar del más grande, enorme, importante y colosal Brandabarbarán de Boliche. Señor de las tres Arabias, el más grande. Un gigante con fuerza y bondad. Les contó que se habían hecho amigos íntimos y le había propuesto unirse a la pandilla.
Todos preguntaron si ellos le verían como lo veía Alonso, a lo que este contesto que dependería si cada uno sabía mirar y si miraría más allá de sus narices.
“Uno para ocho y ocho para uno”
Votaron los ocho y decidieron incluir a Brandabarbarán de Boliche en la pandilla. Ahora su consigna sería “Uno para todos y todos para uno”, que conste que esto no es de los Tres Mosqueteros.
Así empezaban los amigos y luego terminaban con “Por Brandabarbarán de Boliche”.
Hay que decir, que la cueva no tenía eco, pero cuando nuestros amigos decían su santo y seña, la cueva les devolvía su voz. Pero ese día el eco de la cueva le contesto a nuestros amigos “Quijote”
Tenemos que decir que a lo largo de esta novela y llegados a este punto, ahora Quijote significaba; valiente y generoso.
II
“Faltó en el mundo un día la lealtad, La Justicia.”
Lo he soñado dos veces.
Las fantasías de Alonso no tenían fronteras, ni dormido, ni despierto. La idea se ser caballero andante le bien desde el día que le mantearon.
Soñaba con que a su potro le salieran alas como un Pegaso y por eso le llamo Pegaso, pero después cuando salió con él a recorrer mundo, le bautizó de nuevo con el nombre de Rocinante.
Con alas…. O con aspas.
Alonso quería volar y si a su caballo no le salían alas, le saldrían a él y si no se las pondría.
Le contaba a Sancho, que los molinos de viento se parecían a Brandabarbarán.
Un día delante de todos los molinos de viento de la comarca, le pareció injusto que de los treinta molinos que había, veinte pertenecieran al mismo dueño. Al mismo pensó, que las aspas de los molinos de viento le podían servir para poder volar.
Volar y valor tienen las mismas letras.
Cuando le contaba a la pandilla lo que quería hacer, unos aceptaban enseguida, otros pensaban un rato y otros lo pensaban mucho, pero al final lo harían, y Sancho como siempre, aunque protestaba y soltaba algún refrán que otro, siempre seguía a su fiel amigo.
Alonso les dijo a todos que quería volar, y que los molinos de viento les iba a servir para ello, pero no quería obligar a sus amigos, ellos tendrían que decidir si querían o no. Para acabar de convencerles les dijo que la pelirroja Maritornes, lo haría gustosa y a Guzmán no le hizo ninguna gracia, porque estaba flipado por ella.
Tenemos que decir; que la pelirroja Maritornes se metía mucho con la pandilla, les gustaba chincharlos y al que más a Guzmán.
Baciyelmos.
Decidieron que para evitar peligros debían protegerse la cabeza y pensaron que la palangana pequeña que usaban los barberos para enjabonar la barba (bacía), les serviría de casco (yelmo) y por eso le llamaron Baciyelmos.
Todo estaba preparado, ya solo quedaba esperar a la primera noche con viento.
¿Molinos o gigantes?
Viento impetuoso, casi huracanado. Esa noche a las diez en el cerro de los molinos.
Cuando llegaron delante de los molinos parecían enormes gigantes con mil brazos para estrangularlos.
Se pondrían los casos, se amarrarían a las aspas y pondrían en marcha los molinos. Pero no contaban que si los ocho amigos se amarraban a las aspas no habría nadie que pusiera en marcha los molinos.
Por suerte allí estaba Maritornes que si lo había pensado y se reía de la ignorancia de sus amigos. Así que ella pondría en marcha los molinos.
Maritornes, controladora aérea.
Dulcinea era el amor de Alonso, vivía en Toboso. Ninguno de sus amigos la había visto nunca, pero se decía que era guapa y distinguida como una emperatriz.
Todos estaban ilusionados con la aventura, bueno todos, menos Sancho, que no lo tenía claro.
Trompazo, porrazo, golpazo, batacazo.
Ya están atados. Unos se han atado unos a otros y otros han preferido hacerlo ellos mismos. Todos preparados y Maritornes lo ponen en movimiento. Las aspas giran rápidamente. Todo iba bien hasta que llegó el guardés del marqués y los paró de golpe.
Yo desterraré la Injusticia del mundo.
Y los amigos, unos acabaron colgados, otros hechos unos gurruños y otros tirados y desparramados por el suelo.
Allí se presentaron el Señor Alcalde y el padre de unos de los amigos de la pandilla, dueño del molino que habían utilizado para la hazaña, también estaba el padre de otro amigo, que era el barbero, de donde sacaron los cascos, bueno en realidad estaban casi todo los padres.
El guardés del marqués, exigía justicia y que se castigaran a los chicos, se lo pedía al Alcalde.
Alonso Quijote saltó lleno de rabia diciendo, que si era justicia que su señorito tuviera veinte molinos sin pegar palo al agua, mientras que el resto de aldeanos tuvieran tan poco y para ello tuvieran que trabajar de sol a sol. Y concluyó con las palabras “Yo mismo un día acabaré con esta injusticia”. También dijo que él era el único responsable de lo que allí había sucedido. De repente sin saber cómo se escuchó la voz de Brandabarbarán diciendo; Justicia sí, pero también lealtad, y los ocho amigos gritaron “Uno para todos y todos para uno”.
Uno a uno se fueron yendo del lugar y solo quedaron los ocho amigos. La graciosa de Maritornes estaba escondida y una vez más había hecho de las suyas. En su escondite, fue ella quien menciono las palabras atribuidas a Brandabarbarán.
III
Falto en el mundo un día de lealtad, la justicia y la verdad.
Lo he soñado por tercera vez, abuelo.
Los siete amigos fueron a buscar a Alonso, estaban muy alterados, ya que Ginés se había metido con Dulcinea del Toboso, este decía que era la chica más fea de todos los alrededores. Alonso se dirigió a la plaza a buscar a Ginés y sus amigos le seguían pero no querían que se metiera en problemas.
Alonso se subió a la fuente y grito, que Dulcinea del Toboso era la doncella más hermosa de la Mancha.
De solo a solo, Ginés.
Alonso le dijo a Ginés, si no había oído lo que acaba de decir, este dijo que no iba a decir nada al respecto, entonces Alonso le dijo que solo quedaba desafiarle. Ginés creía que el desafío sería entre pandas, pero Alonso le dejó bien claro que no, que era entre ellos dos.
Todos pensaban que se iba a liar parda, pero que va; Ginés cogió a su panda y abandono la plaza. Ahora solo quedaba elegir el lugar, y el día del desafío.
Ambos chicos se reunieron con el Tío Cien, que le llamaban así, porque ya había cumplido los cien años y era el mediador del pueblo.
Pique de rebuznos.
Ginés estaba muy enfadado por una broma que le hizo la pandilla de Alonso. Ginés la empezó, pero no acabo a su favor.
Ginés se llevó el burro de Sancho para cabrearle y lo dejó escondido. Maritornes lo encontró y se lo llevó a las cuadras y les contó a la pandilla lo que este había hecho. Así que la pandilla de Alonso decidieron vengarse de él.
Ginés al enterarse de que la pandilla de Alonso estaba penosa por la pérdida del animal, dijo que él lo encontraría y para ello empezó a rebuznar por el lugar que lo había dejado, pero para su sorpresa en dicho lugar estaba esperando Alonso y Sancho respondiendo a sus rebuznos. Qué vergüenza paso el pobre Ginés.
¿Ver para creer?
El Tío Cien, dijo que Ginés era un resentido y que tenía que retirar las palabras que había dicho de Dulcinea. Así que como no quiso retirarlas, Tío Cien diría cuando sería el desafío.
Sus amigos estaban muertos de miedo, no querían que Alonso se enfrentara a él y más sin saber si era verdad o mentira lo que decía Ginés, ya que al fin y al cabo nadie había visto nunca a Dulcinea. Alonso entre en cólera y lo único que pudo decir a sus amigos es que les faltaba imaginación.
Quijotes todos.
Para tener un ideal, hay que saber primero mirar con los ojos del alma, es decir, hay que aprender a tener fantasía.
Alonso enseñaría a sus amigos como hacerlo.
Primero interpretarían las nubes, mirar al cielo y decir que forma tienen las nueves y así descubriría que cada uno veía una cosa.
Mañana veréis a B.B.
No había estado mal el primer ejercicio, pero tenían que ir más lejos, tenían que fantasear con las cosas que podían tocar.
Todos se quejaban de que los iba a volver locos, pero Alonso solo quería avivar la imaginación de sus amigos para así ser capaces de tener un ideal en la vida.
Alonso les garantizó, que al día siguiente verían al más grande de los grandes.
¿Ejércitos o rebaños?
Se reunieron todos en la cañada real. Iban a fantasear con un rebaño de ovejas. Un rebaño de ovejas podía ser, por ejemplo, un ejército. Alonso ya estaba viendo la batalla entre dos ejércitos, que no eran más que dos de los rebaños con sus pastores que se recogían y el resto de la pandilla poco a poco también veía cada uno por su lado a condes y marqueses a caballo.
Pisoteados y apaleados.
Ya todos veían al ejército capitaneado por héroes y todos bajaban colina abajo presos de sus fantasías. Cuando de repente los pastores con la garrota en alto echando sapos y culebras por la boca los perseguían y la pandilla corría sin descanso hasta la cueva de Montesinos.
Ella pelea y vence en mí.
Los reunió el Tío Cien y les dijo que harían una prueba de valor. Sería en la feria del titiritero maese Pedro. Todos quedaron citados en la feria al anochecer del día siguiente.
Clavileño el Alígero.
Tenían que montar en lo que hoy en día es un toro mecánico. En realidad era un caballo llamado Clavileño, que según el maese Pedro, lo había hecho el mismo Merlín y que pocos lo habían montado. Se enfrentarían también con el gigante Malambruno, pero todo esto lo harían con los ojos vendados, para no poder ver nada, pero lo podrían oír todo. Pasará lo que pasara no se podían bajar del caballo hasta que este relinchara que sería la señal del final del viaje. Los dos montarían al mismo tiempo en el caballo, Alonso delante y Ginés detrás, esto ser hizo así porque lo echaron a suerte.
Maese Pedro fue a poner en marcha el espectáculo.
El caballo empezó a moverse muy rápidamente y se tuvieron que agarrar muy bien.
Se empezó a escuchar la voz del gigante y empezaron a salir fuegos artificiales, Alonso aguanto, pero Ginés, muerto de miedo se quitó la venda, saltó del caballo y echo a correr, el público empezó a reírse a carcajada limpia de Ginés.
Alonso ganó entre aplausos y sus amigos le sacaron a hombros. A Alonso la fuerza de amor por su Dulcinea no le frenó y apronto todo por ella.
La del Alba sería.
Hasta la puerta de su casa le llevaron a Alonso sus amigos y allí le estaba esperando su abuelo Roque, con la espada de madera en la mano.
Hinco Alonsico Quijote rodilla en el suelo y dándole el abuelo con la espada en ambos hombros le nombró en ese momento Caballero Andante.
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