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Seguimos con más frases típicas de nuestros chicos y una muy recurrida y que sin duda no la encontraremos en muchas ocasiones es la de “Estas anticuada y desfasada, hoy en día no son así las cosas”. Yo ante esta frase me echo a reír, pues lo que ellos no saben, es que cuando cumplan unos cuantos años más, como unos quince o veinte, ellos serán los anticuados y los desfasados, pues según van pasando los años, como es lógico todo cambia, se llama evolución. Eso no quiere decir que los padres seamos unos anticuados, como ellos nos hacen ver, sino que somos más maduros, tenemos más experiencia que ellos y hemos vivido más que ellos y sabemos lo que hay fuera, pero ellos no, y eso lo tendrán que ir descubriendo según vayan cogiendo experiencia en la vida. Por este mismo motivo sabemos cómo son las cosas, todos hemos cometido errores y hemos aprendido de ellos y gracias a esto hemos cogido la experiencia para poder afrontar muchos de los problemas. Así que ante esta frase lo único que nos queda por decirles a nuestros hijos es; que ni somos anticuados ya que nosotros hemos vivido lo que ellos no han vivido y que las cosas son igual ahora que antes, con la diferencia, de que a una edad temprana no se ven las consecuencias y cuando maduras sí. La única diferencia que puede haber de nuestra época a la de ellos son las nuevas tecnologías y eso no tiene nada que ver con el concepto que ellos ven y nos nos dan.
La siguiente frase, a mí personalmente es la que más me impacta, “Es mi vida, no la tuya y la viviré como yo quiera”. Efectivamente tienen razón, es su vida y no la nuestra la que tienen que forjar, pero, ¿Cómo?...
Hasta que cumplen los dieciocho años, los padres intentamos por todos los medios que se formen como creemos que es lo correcto, que aprueben en el colegio o instituto, que sean personas sociables, educadas y solidarias y un sinfín de cosas más, algunas veces lo conseguimos y otras veces morimos en el intento. Pero cuando cumplen los dieciocho la cosa ya cambia. En ese momento todo cambia para ellos y tú ya no tienes que decidir nada de su vida, de su comportamiento, de sus estudios y un etcétera de cosas más, pero se equivocan, eso no es así. Es en este momento de sus vidas, cuando los padres tenemos que ser más fuertes que ellos. Ellos van a imponer sus normas, nos van a limitar al máximo y van a pretender que salgas en todo lo posible de su entorno. La respuesta de los padres ante estos casos debe ser tajante, y sobre todo democrática y digo democrática, porque tiene que haber un “ten con ten”, será más fácil si pongo algún ejemplo:
Tu hijo decide que como tiene dieciocho años, ya no tiene hora de entrada y salida los fines de semana y puede irse fuera de viaje cada vez que quiera. Esta es una petición muy corriente entre nuestros hijos y si la aceptamos así sin más, nos llevará seguramente a un sinfín de problemas. Tenemos que tener muy claro que ellos nos están poniendo a prueba y necesitan saber hasta dónde pueden llegar y nosotros tenemos que ser conscientes de estos y no dejarles llegar hasta límites extremos. Está claro que son jóvenes y que tienen que salir y divertirse, pero todo con una medida lógica. Cumplir los dieciocho significa tener libertad pero no libertinaje. En mi caso particular, permito que mi hija salga los fines de semana, que salga y se divierta, pero pongo la condición de que se duerme en casa, es decir, que llegue a una hora lógica, más para ellos, que para nosotros, pero siempre y cuando haya cumplido con sus obligaciones, ya sea haber estudiado o responsabilizado con sus actividades diarias. Estamos hablando de chicos con dieciocho años que están descubriendo su libertad, no de chicos con veinte o más. En cuanto a los menores de esta edad, o sea, los para mí, muy adolescentes, ya hablaremos más adelante, pues este tema es largo y extendido. También más adelante hablaremos de las amenazas que sienten algunos padres ante el hecho de que si no les dejas hacer algo te dicen “pues entonces me tendré que ir de casa”, que está muy relacionado con lo que acabamos de hablar.
Íngrid V.N.
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En sección Reflexiones de una madre por Revistamujer.es
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