Compartir en:
¿Se puede romper el patrón?
Dentro de la psicología moderna se dice que el fracaso de nuestras anteriores y ,en la mayoría de los casos, nuestras actuales relaciones se debe a que seguimos atrayendo al mismo tipo de persona, es decir, si cuando éramos niños vimos una relación toxica, nos inclinaremos a que nos guste este tipo de parejas; si nuestro primer amor de adolescencia fue un amor conflictivo y apasionado, muy probablemente, aunque nuestra pareja haya sido criada dentro de un seminario religioso, obtendremos el mismo resultado en el futuro.
Teniendo en cuenta esta teoría, se puede resumir que existe un denominador común dentro de cada una de las relaciones por las cuales hemos pasado; a esto se le llama “patrón”; pero… ¿realmente queremos salir de ese patrón?, escuchamos el consejo de nuestro psicólogo y/o terapeuta sobre cómo podemos (y debemos) avanzar hacia el tipo de pareja que nos conviene, aquella que nos brindara la felicidad plena y absoluta que merecemos; si nos vamos a la practica en la vida real, notamos que muchas veces nuestro “match” perfecto nos aburre, desarrollamos sentimientos legítimos hacia esa persona, colocamos nuestra dedicación y amor en esa relación prospera y estable, pero al pasar el tiempo, nos damos cuenta que al faltar el drama, la pasión, y la excitación que trae consigo lo complicado, nuestro rio de amor se convierte en un inmenso desierto.
Bien decían nuestras abuelas que lo complicado atrae; mas si adaptamos este viejo refrán a la era moderna, debemos tener en cuenta que antes se refería a una mujer complicada, en este siglo, una mujer de ese estilo (o bien llamada “mujer empoderada”), en cuanto al tema de hombres, logra más el ahuyentarlos que atraerlos; pero este refrán aún no ha muerto, pero ahora el enfoque va directamente hacia las relaciones de pareja; parte de nuestro pan de cada día es escuchar a nuestro círculo social hablar de sus complicadas relaciones, por ende, creo que al referirse a la atracción por lo complicado se está hablando de esa persona que nos brinda una buena dosis de tormenta en nuestros días soleados; mientras menos lógica tengan las discusiones con el ser querido, más enigmático se vuelva el comprender el por qué la relación no funciona, por lo tanto, más nos esforzamos por continuar ese camino y lograr la victoria de haber resuelto el rompecabezas; y es que ni siquiera tenemos la culpa de esta terquedad, nos alimentaron desde pequeños con un gigantesco plato de la frase “el que persevera vence”, así que nuestra vida adulta consta de perseverar hasta lograr lo deseado , sin tener en cuenta, que muy posiblemente, lo deseado sea una gigantesca montaña de estiércol.
Tenemos un mundo de posibilidades y oportunidades al alcance de una app para cambiar el patrón; páginas de citas, amigos de tus amigos, o cualquier desconocido en instagram; pero nuestro cerebro automáticamente le da Like a lo que sigue los mismo parámetros de lo que nos gustó antes, las características físicas, los valores de familia, el ámbito social de esta nueva conquista, puede que sean exactamente lo opuesto a lo que teníamos en nuestra relación pasada, pero no por ello termina siendo diferente; bien dicen que si deseas que esto no continúe sucediendo debes comenzar por ti y cambiarte a ti mismo; pero… ¿estás dispuesto a cambiar algo que forma parte de tu esencia solo por conseguir a la pareja ideal?, yo lo veo como el mismo efecto de cambiar porque a otro no le gustas; y pienso que de esta forma es como lo toma nuestro cerebro, como si te estuvieran obligando a cambiar por alguien que no eres tú, con la diferencia de que esta vez, el beneficio si es para ti; de igual forma, es menos trabajo y más sanador el aceptar a la persona que quieres tal y como es, siendo tu tal y como eres; aprendiendo sobre la marcha a encontrar el punto medio donde los dos bandos no se están matando entre sí; algo así como el ojo de la tormenta, atrás hay huracanes y delante hay tornados, pero mientras estés en el ojo, hay un poco de tranquilidad.
Realizar cambios en nosotros mismos para conseguir la relación que deseamos y merecemos no es tarea fácil, pues la tecnología y el networking nos promueven que somos perfectos tal y como somos, por ende, el mundo debe aceptarnos de esa manera, como seres únicos y exclusivos en el universo (patrañas! no estamos ni cerca de ser perfectos), es por ello que de manera subconsciente nos enamoramos del patrón, porque esos factores comunes que no soportamos en la otra persona forma parte de nuestra identidad, es algo que nos gusta tanto como nuestra canción favorita, y si, hay mejores canciones cuya letra puede hacernos un bien mayor que “call me maybe”, pero esa canción nos gusta, nos sabemos la letra, la cantamos cada vez que suena; de esa misma forma, cada vez que nos gusta alguien, nuestro cerebro comienza a tachar el check list de los factores que forman parte del patrón, si el individuo no cumple con alguno de estos, simplemente perdemos el interés (sin importar que el individuo sea el gemelo perdido de Leonardo Di Caprio) ,por ello es tan importante tener en cuenta cuales son los parámetros que forman parte del patrón, para cambiar aquello que se pueda y aceptar aquello que no.
Debes tener en cuenta que si alguien te dice que debes revisarte por que atraes personas negativas a tu vida, y que es urgente cambiar el patrón, diles que esta es tu vida, que aprecias su preocupación y sus ganas de cambiarte a ti (por tu propio bien),pero que lo harás cuando lo creas necesario, y si lo crees necesario, que por el momento vas a disfrutar , y sobre todo, a aprender, de los tormentos que vienen acompañados de esos sufrimientos amorosos, solo tienes una vida, entonces, ¿porque los demás deben decirte como vivirla?
Publicado por, Gabriela Moreno.
Compartir en:
En sección Pareja por Revistamujer.es
Para ver los comentarios o escribir el tuyo, entra aquí.