La Sangre Manda de Stephen King
Nuestro escritor favorito nos sorprende con estos cuatro relatos bestseller y unas notas del autor, revelando de dónde saca sus ideas para sus fabulosos relatos.
Como ya nos tiene acostumbrado, todo en él es talento e imaginación. Nos mantiene expectantes y nos absorbe en cada párrafo que leemos.
La primera de estas novelas cortas es:
“El teléfono del señor Harrigan”.
Harrigan es un hombre rico y solo que se entiende muy bien con Graig, un chico de instituto que le acompaña todos los días, leyéndole en su casa libros de la extensa librería.
Harrigan fallece y le deja un legado a Graig para que pueda pagarse los estudios de la universidad, en realidad más que eso, pues le dejo 800.000 dólares.
Hay que puntualizar, que Harrigan no quería saber nada de las nuevas tecnologías, aún así, Graig le regaló un IPhone, que hasta el día de su muerte disfrutó. A su muerte Graig se lo metió en el ataúd y le enterraron con él.
Como no, en el instituto de Graig, estaba el típico matón Kenny Yanko que le hacía la vida imposible. Un día Graig cogió el teléfono y marcó el número de Harrigan para contarle lo que le estaba sucediendo y para su asombró, después de tres meses el teléfono estaba activo y salto el contestador automático. Graig le contó todo lo sucedido con este matón, pero lo más asombroso ocurrió, cuando al poco rato recibió un mensaje de texto muy extraño, procedente del señor Harrigan.
A los pocos días, Kenny apareció ahorcado en su casa.
Empezó periodismo en la universidad. En un trágico accidente murió su amada profesora y lo más trágico es que el conductor que iba borracho salió impune de todo aquello. Una vez más, llamó a Harrison y se volvió a repetir el mismo suceso, pero esta vez le contó que deseaba la muerte de ese tío. Otro mensaje de texto y esta vez decía, “Graig para”. Y si, otra vez sucedió, el borracho apareció muerto. Tras esto, envió otro mensaje dándole las gracias, se despidió de el y lanzó el teléfono al agua.
“La vida de Chuck”
Aparece por toda la ciudad, publicidad de “Chuck Krantz, se jubila después de 39 años”, con mensajes de agradecimiento.
Parece que internet llega a su fin, el mundo se desmorona, catástrofes naturales, suicidios.
Chuck, espera la muerte en el hospital a sus 39 años, rodeado de su mujer, hijo y cuñado. Le van a desconectar. Todos reunidos en esa habitación, esperando el desenlace final, su cuñado añade “39 magníficos años. Gracias Chuck. Empiezan a desaparecer las estrellas del cielo, negrura total.
Chuck era huérfano, lo criaron sus abuelos. En la casa de estos, había una cúpula cerrada con llave. El quería subir, pero su abuelo le dijo, que lo que allí vería no le gustaría, y sabía muy bien porque lo decía, ya que el día que su abuelo subió allí, vio perfectamente como iba a ocurrir la muerte de su mujer.
Fallecieron sus abuelos y se quedó solo con 17 años y la poca herencia que tenía. Decidió siendo adulto, que ya era hora de saber que había en la cúpula. Al entrar estaba vacía, pero cuando se giró para irse, allí estaba él tumbado en la cama de un hospital, con un respirador artificial, esperando su muerte. Sabía como iba a morir, pero no cuando.
Y así fue como murió a sus 39 años, sin recordar nada, por un tumor cerebral.
“La Sangre Manda”
Holly, es socia de una agencia de detectives que junto con el inspector Ralph Anderson, vivió un trágico suceso que tuvo mucha repercusión.
Acontece un trágico suceso en un instituto, donde han puesto una bomba, al menos 31 muertos y muchos heridos.
Holly no se puede quitar de la cabeza que el reportero que da la primicia, es el terrorista que lo provocó.
Le encantaría hablarlo con Ralph, pero no quiere molestarle porque está de vacaciones con su familia. Por ello decide grabar todo lo que está sucediendo y lo que piensa, para después comentárselo.
Empieza a investigar y ello le lleva a Dan Bell, un anciano de 91 años, un ex policía que vive con su nieto.
El le confirma que el reportero está implicado en muchos sucesos trágicos que han sucedido a lo largo de 60 años atrás, y aunque parezca imposible, no ha envejecido en esos años. Siempre es el primer reportero que llega a los lugares, cambia de nombre y de aspecto, pero siempre es él. Disfruta y le excita el dolor ajeno y eso es lo que le caracteriza.
Dan es dibujante de retratos robot, ese era su trabajo en la policía, y tiene hechas 17 versiones distintas de él, son distintos modelos con la misma plantilla, pero en está ocasión era distinto porque había por lo menos 2, pero su voz es la misma en todas las versiones.
Decide buscarle y encontrarse con él, no puede permitir que salga impune y siga asesinando. Prepara un plan para que caiga y no sospeche de las intenciones que tiene, que no es otra, que matarle.
Es un ser inhumano, un ser extraño que se transforma y adopta distintas facciones. Pero Holly consigue su cometido y le tira por el hueco del ascensor. Al bajar al sótano y mirar el hueco del ascensor, lo único que encuentra es su ropa, él se ha desvanecido, pero su misión fue un éxito ya que acabo con el monstruo.
“La Rata”
Drew Larson, es escritor de relatos, no de novelas, pero algo cambia y decide que está preparado para escribir una. Lucy, su mujer, no está tan convencida.
Decide marcharse tres semanas a la cabaña de su padre para empezar su novela.
Una vez allí, se presenta un gran temporal y Lucy quiere que regrese a casa ya, ya que podría quedarse incomunicado, pero él no quiere. A todo esto, hay que añadirle que tiene una gripe considerable.
Comenzó el temporal y cada vez estaba peor. Al ir a acostarse, escucho arañazos en la puerta. Era una rata moribunda. Primero pensó en matarla, pero decidió rescatarla.
Para su asombro, la rata podía hablar, y le dijo que era un buen escrito, pero que estaba atascado con el libro y ella, le podía ayudar a escribirlo, pero con la condición de entregarle la vida de su amigo. Este tenía cáncer de páncreas y le quedaba poco tiempo, y como pensaba que todo era un sueño, aceptó.
Y sucedió, terminó su libro. Era muy bueno y se lo iban a publicar, pero lo que el pensaba que era un sueño, no fue así. Un día en un accidente de tráfico, no solo murió su amigo, sino también la mujer de este.
Vuelve a la cabaña para pedirle explicaciones a la rata y está le respondió que cumplió su parte del trato y ahora tenía que pagar él.
Para dejar su conciencia tranquila y no sentir culpa, decide pensar que todo fue un sueño, que la rata no existe y que su amigo y su mujer han fallecido en un trágico accidente de tráfico.
Terminados los relatos, el autor nos deleita con una breve explicación de dónde le vienen las ideas para escribir estos relatos.
Está claro que no hay otro escritor como él, es único y excepcional.
Os animamos a que leáis este increíble libro para meteros dentro de los personajes y viváis cada uno de sus relatos, venga, no perdáis tiempo……
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