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Este libro está recomendado en la sección de literatura infantil, ficción y terror. Muy ameno e indicado para que los más pequeños se afiancen al apasionante mundo de la lectura. Está resumido por capítulos. Espero que os guste.
El fantasma de Canterville
De Oscar Wilde
Ilustraciones de Miguel Navia
Editorial Anaya
Capítulo I
Míster Hiram B.Otis, ministro de EEUU, compró Canterville Chase y todo el mundo decía que estaba embrujada.
El vendedor de la casa le aseguró que el fantasma existía y que lo habían visto varios miembros de su familia. Que era un esqueleto y que siempre se mostraba cuando iba a morir alguien.
Existía desde hace 3 siglos (1574), pero el ministro se trasladó a la casa con su familia, tenía esposa y 4 hijos.
A la entrada de la casa estaba para recibirlos una anciana vestida de criada la señora Umney, el ama de gobierno que conservaron al comprar la casa y así conservar su puesto de trabajo.
La señora Otis se dio cuenta que en el salón había una mancha roja en el suelo y la ama de gobierno le dijo que era sangre de Lady Leonor de Canterville, que fue muerta ahí porque la mató su marido el Sir Simón en 1565 y que esté desapareció misteriosamente. Su cuerpo no se encontró nunca, pero su alma embruja la casa y la mancha no puede quitarse.
Otis dijo que eso era una tontería y que se podía quitar, y se puso a quitarla y desapareció. A continuación, hubo un relámpago y un trueno y la señora Umney se desmayó. Al despertarse les dijo que algo malo iba a pasar.
Capítulo II
Al día siguiente otra vez estaba allí la mancha, y así hasta en tres ocasiones.
Una noche míster Otis se despertó con un ruido de hierros viejos, era la 1 en punto, se escuchaban pasos y al salir de la habitación vio un viejo de aspecto terrible. De sus muñecas y tobillos colgaban unas pesadas cadenas y grilletes.
El señor Otis le dio un producto para que engrasara las cadenas para que no hiciera ruido. El fantasma de Canterville muy enfadado lo tiró al suelo y se fue con una extraña luz verde.
El fantasma se sentía humillado. Con todo el pánico que él había creado, ahora estos americanos no le hacían ni caso, era intolerable, se tomaría la revancha.
Capítulo III
A la mañana siguiente todos conversaban sobre el fantasma. El ministro se sintió ofendido por no aceptar su ofrecimiento, y le dijo a su familia que si no quería engrasar las cadenas, tendrían que quitárselas para poder dormir.
El resto de la semana no fueron molestados, pero si aparecía una y otra vez la mancha de sangre, ahora la mancha también cambiaba de color. Todos se lo tomaban a risa, excepto la joven Virginia.
Un domingo por la noche volvió a aparecer el fantasma. Un ruido les despertó y cuando bajaron a ver, una armadura completa se había despr4endido de su soporte y estaba en el suelo, y el fantasma está sentado en el sillón.
Los gemelos le atacaron y el ministro le apuntó con el revolver. El fantasma lanzó un grito y apago las velas dejándoles a oscuras y lanzó su carcajada terrible. En ese momento apareció la señora Otis con un jarabe para que se lo tomara pues estaba claro que no se encontraba bien. Otra vez le habían derrotado.
Y lo volvió a intentar el viernes 17 de agosto. Lo tenía todo planteado y a las 12 empezó. Llegó a la habitación de Washington (el hijo mayor) y de repente nuestro fantasma se asustó mucho y se fue, allí había otro fantasma. Decidió que al día siguiente iría a ver al fantasma para que se uniera a él y descubrió que no era un fantasma real sino uno de mentira creado por la familia. Había sido burlado otra vez. Hizo juramento de venganza.
Capítulo IV
El fantasma después de 4 semanas, estaba débil y cansado. Decidió portarse bien y pasar desapercibido, pero los gemelos seguían molestándole y no le quedó más remedio que vengarse de ellos. Cuando iba a la habitación de los gemelos para darles una lección, le cayó de encima de la puerta una jarra de agua fría que le provocó un fuerte catarro y se tuvo que ir.
Al final desistió de seguir espantándolos pues nunca tenía éxito.
Sobre el 19 de septiembre, recibió el golpe de gracia, pero una vez más le dejaron en ridículo. Otra vez decidió desaparecer y esconderse de tal manera que todos pensaban que se había ido.
Capítulo V
Un día Virginia se encontró con el fantasma en el salón de tapices, y le vio tan triste que decidió ir a consolarlo.
Esta le dijo que los gemelos se iban a ir y que si se portaba bien nadie le molestaría. Para un fantasma eso era pedirle demasiado, esa era, su razón de existir.
Le dijo que era muy malo por haber matado a su mujer, por haberle robado a ella sus pinturas y por volver a poner la mancha siempre en el salón, que debería viajar a Nueva York, que allí la gente está deseando tener un fantasma en sus casas.
El fantasma le pidió a Virginia que le ayudara a llegar a la muerte, que ya estaba muy cansado después de 300 años y que solo ella lo podía conseguir ya que tenía un gran corazón lleno de amor.
Está dijo que le ayudaría y entonces desapareció.
Capítulo VI
A la hora de la cena todos buscaron a Victoria, pero no aparecía. El señor Otis lo primero que pensó fue en los gitanos que él había permitido acampar en el parque, poro los gitanos ya no estaban y parecía que se habían ido precipitadamente.
Llamó a la policía y partió en su caballo a buscarla. La buscaron pero no la encontraron.
Por fin dieron con los gitanos y allí no estaba Virginia.
Cuando dieron las 12 de la noche y todos iban a dormir, se despertó de repente una tormenta y apareció Virginia, con un cofre en la mano. Virginia les contó que había estado con el fantasma, que ya había muerto y que debían ir a verlo, y que antes de morir le había dado esa caja con joyas.
Todos siguieron a Virginia por el túnel de la pared. En una habitación encontraron un esqueleto extendido y encadenado que no era otro que el fantasma. Junto a él, había agua y comida pero de tal manera que nunca la pudiera llegar a coger. Virginia se arrodillo a su lado y rezo y toda la familia vio la horrible tragedia y el secreto que acababan de descubrir, le habían matado de hambre y de sed.
Dios le ha perdonado dijo Virginia.
Capítulo VII
Le hicieron un funeral en toda regla. Cavaron una fosa en un rincón del cementerio. Otis quiso que las joyas volvieran a su dueño como legitima herencia. Lo único que quería Virginia era quedarse con el cofre.
Pero cuando le dieron las joyas a Lord Carteville, se negó a quedarse con ellas. No le pertenecían a él, ya que al vender la casa con fantasma y todo, todo lo que allí había le pertenecía al Sr. Otis, y si el fantasma le regaló las joyas a Virginia, él no era quien para contradecirle.
Pasó el tiempo y Virginia se casó y se convirtió en duquesa. A la vuelta de la luna de miel fue con su esposo al cementerio. Este le pidió que le contara que paso cuando estuvo con el fantasma, pero está se negó.
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